En esta primera entrada quiero
explicar a qué me refiero con “la cueva”.
Hemos nacido, crecido y sido educados en un sistema con muchas ventajas, es
cierto, pero con serios inconvenientes que nos alejan de nuestra naturaleza y
no nos permiten desarrollarnos completamente como personas. A la forma de vida
impuesta por la sociedad occidental, a los miedos, límites y creencias ilógicas
e irracionales, absolutamente carentes de fundamento científico, filosófico o
ético, es a lo que llamo "La cueva".
La cueva es una realidad configurada por los valores sociales y las ideas
preestablecidas de nuestro entorno, esa realidad que nos dice cómo debemos
vivir nuestra vida aunque no nos guste, aunque sintamos que no es lo más
adecuado a nuestra forma de ver el mundo.
¿Nunca te has preguntado si las enfermedades actuales son normales para los
seres humanos? Hablo de la diabetes, la obesidad, el cansancio crónico, la
hipertensión, la arteriosclerosis… ¿Realmente pensabas que son fruto del azar,
que te toca padecerlas o no? En la cueva se come de una forma que te hace
enfermar, pero no se asocia la enfermedad a esa comida. Y esto es un error:
gran parte de los males que afectan a la salud pública vienen de la dieta
basada en la pirámide alimenticia y del acceso sin límite a comida industrial.
¿Qué hay de los dolores articulares, de
espalda, de cuello…? En nuestra cueva, en nuestro “primer mundo”, se pasan
muchas horas sentado delante de un escritorio, lo cual provoca dolores y
molestias que se tienen por normales cuando no lo son en absoluto.
En la cueva no se recibe luz solar; se
vive esclavizado por una empresa cuyos jefes solo miran la cuenta de gastos e
ingresos; se dedica el tiempo libre a ver la tele
tirado en el sofá porque el estilo de vida no da tiempo ni estímulos para tener
inquietudes; es complicado relacionarse con naturalidad, con personas del mismo
sexo o del opuesto. Pero sobre todo, en la cueva ni se es feliz ni se siente
plenitud personal.
En definitiva, la cueva es el estilo de
vida dominante en la sociedad occidental, un estilo radicalmente antinatural y
contrario a aquello para lo que nuestro cuerpo y nuestra mente están diseñados.
Por eso en la cueva los índices de enfermedades físicas y mentales son
elevados, la esperanza de vida es más importante que la calidad de la misma, la
gente vive con miedo a todo, se envidia a quien se debería admirar.
Pero todas las cuevas, por profundas que sean, tienen una cosa en común: una
salida, una vía para acceder al exterior, a la luz, de forma que cuando te vuelvas
a mirar hacia el interior de la cueva te darás cuenta de todo lo que te estabas
perdiendo mientras permanecías dentro de ella.
Si andas algo desorientado, tienes inquietudes que tu entorno social no
comparte ni satisface, o sientes que hay cosas que no cuadran entre lo que se
supone que debes hacer con tu vida y lo que tú realmente quieres hacer, tal vez
este blog pueda llenar en parte esos vacíos, responder a algunas de tus dudas y
ayudarte a encontrar un mejor camino. Esa es mi intención, enseñarte la salida
de la cueva, la luz.
Un saludo para los inquietos.
Arturo
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